«A veces hay que saber esperar. Hay momentos en la vida que no hay que hacer nada, porque lo que hagas, al revés, va a empeorar la situación. Por más valiente que seas, tenés que dar un paso hacia atrás, para agarrar impulso aunque sea.

Por suerte a ustedes no les va a tocar vivir algo tan espantoso como nos tocó a vivir a nosotros, pero sin lugar a dudas, he aprendido en estos años que cada uno tiene su cordillera de los Andes, y la trepa como puede. Como dice Carlitos Páez, no hay un dolorímetro para medir qué dolor tiene cada uno.»