«La verdadera búsqueda de Dios se parece a la actitud de un hombre que después de haberse sentado, escucha. Y es lógico que sea así, porque, en definitiva, Dios no es algo que hay que construir o hacer sino que es alguien a quien hay que recibir.

Y cuando se recibe a uno, hay que empezar por sentarse y escuchar.»